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El teclazo por la verdad

Honduras resiste

Norland Rosendo González

 

Tegucigalpa, la capital de Honduras, vive momentos dramáticos hoy lunes. Un día después del artero golpe de Estado, a la usanza de los añejos esquemas aplicados el siglo pasado en América Latina, se intensifica la confrontación entre los militares ― que se prestaron junto con los oligarcas y el clero para pisotear la constitución y el orden democrático de esa nación ― y las fuerzas populares que reclaman el retorno de su presidente legítimamente electo, José Manuel Zelaya.

Una comunicación telefónica del líder campesino Santos Chirinos desde la capital hondureña con la televisión cubana confirmó que a esta hora continúan los enfrentamientos. Los golpistas han aumentado la presencia militar en las calles para reprimir al pueblo, lanzan bombas lacrimógenas, balas, chorros de agua y ponen los tanques y los helicópteros contra la población civil.

Los militares de la asonada han decretado toques de queda, silencian a la prensa alternativa, detuvieron periodistas, violaron la inmunidad diplomática de los embajadores de Cuba, Venezuela y Nicaragua, cortaron la electricidad, sacaron del aire a Telesur y Cubavisión Internacional.

Tratan, por todos los medios a su alcance, de evitar que la opinión pública internacional conozca la verdad de lo que ocurre en Honduras. No han cejado en su fascista empeño de detentar el poder usurpado en contra de la voluntad popular y los gobiernos del mundo, que en número cada vez más creciente condenan el golpe.

Las noticias desde Tegucigalpa son optimistas. La gente se reúne y resiste. Hay un movimiento que crece a favor del retorno de Zelaya.

Están los obreros, los campesinos, los estudiantes, las mujeres. Son varios miles frente a la casa presidencial, patrullada por helicópteros y con un cordón de militares, la mayoría jóvenes que desconocen a ciencia cierta que son manipulados por elites de poder antidemocráticas, salvajes y fascistas.

El pueblo no se desmoviliza y resiste. Sabe que los líderes de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA) están a su lado. También los miembros del Grupo del Río y del Sistema de Integración Centroamericano (SICA).

Ni siquiera el gobierno de Barack Obama ha podido dejar de repudiar esta artera agresión a la democracia. Los golpistas, como dijera Fidel Castro, no pueden respirar siquiera sin el apoyo de los Estados Unidos.

Otra comunicación telefónica desde Tegucigalpa, esta vez con el médico Luther Castillo, confirma hoy lunes por la noche que los enfrentamientos continúan. El salvajismo de los golpistas se acrecienta. No saben qué hacer para controlar el movimiento popular y lo reprimen. Apelan a las armas. Hay heridos, desmayados, tratan de que no llegue a la capital la gente de otros departamentos que van en marcha hacia Tegucigalpa par unirse a los manifestantes contra el golpe y por el regreso de José Manuel Zelaya.

Resiste Honduras. América, desde el Río Bravo hasta la Patagonia, está contigo. No te dejará sola en esta cruzada contra la barbarie. Zelaya tendrá que retornar a la presidencia, porque los golpistas no podrán sostener una artera maniobra contra la democracia, la legitimidad y la constitucionalidad. Y peor aún, contra la voluntad popular.

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