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El teclazo por la verdad

Agresión israelí a flotilla por la paz: De tal palo, tal mentira

Agresión israelí a flotilla por la paz: De tal palo, tal mentira

De tal palo, tal mentira

Por Norland Rosendo González

 

Junto con las bombas, Israel lanza andanadas de mentiras en su guerra contra los palestinos. Emplea un poderoso complejo mediático industrial que funciona a la par de su hermano mayor, el militar.

El Tío Sam le ha enseñado cómo usar las bazucas de la (des)información para ganarle, por algún tiempo, la cruzada a la razón. El 31 de mayo, tras atacar una flotilla de barcos que cargaba ayuda humanitaria para los habitantes de la Franja de Gaza, los sionistas echaron a andar a plenitud su armamento psicológico.

Al instante de trascender la noticia de la agresión, el mandatario israelí, Benjamín Netanyahu, de visita en Canadá, salió a defender a sus «inofensivos» militares:

«Los soldados habían abordado el navío para comprobar que no transportaba cohetes, misiles o explosivos hacia Gaza que pudieran utilizarse en ataques contra Israel.»

A continuación —con  énfasis, según el guión— añadió: «Pero se les acosó, aporreó, golpeó, acuchilló, incluso, hay informes de disparos, y nuestros soldados tuvieron que defenderse, defender sus vidas o les habrían matado.»

Y para hacer más teatral su intervención, Netanyahu concluyó —de acuerdo con un despacho del Toronto Star, del propio 31 de mayo—: «Desgraciadamente, en ese intercambio murieron al menos diez personas. Sentimos mucho esa pérdida de vidas. Lamentamos que se desencadenara la violencia. Me gustaría desear una rápida recuperación a los heridos, entre ellos cuatro de nuestros propios soldados.»

Sus declaraciones comenzaron a darle la vuelta al mundo en menos de 24 horas. Los «megamedios» las colocaron en primera plana y en titulares. Se posicionaron en las agendas mediáticas.

Sin embargo, la versión de los agredidos no aparecía ni siquiera en páginas interiores. Estaban secuestrados en Israel, silenciados, lejos del alcance de los periodistas, hasta que la «otra verdad» le llevara, por lo menos, 5 mil kilómetros de ventaja.

Los jerarcas de Tel Aviv duermen con un decálogo del propagandista del nazismo alemán, Joseph Goebbles, bajo la almohada. Prefieren su primera recomendación: una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad.

Cinco días antes, el ejército sionista había comenzado a difundir las intenciones de atacar la Flotilla de la Libertad, a la que desde entonces calificaban de acto de provocación.

Para dejar sin argumentos a los organizadores de la altruista iniciativa, el jefe de la Autoridad de Enlace y Coordinación de Gaza, coronel Moshe Levi, tuvo el cinismo de asegurar que en la Franja no había carencia de alimentos ni de suministros. Calificó de «buena y estable» la situación humanitaria de la zona, y negó que Israel impida la entrada de muchos productos a Gaza. «Solo limita los que puedan ser empleados por Hamas en acciones terroristas», apuntó sin el menor sonrojo ante una falacia del tamaño del monte Everest.  

Así fueron hilvanando «su verdad» los israelíes. Una verdad construida a partir de su papel en el Medio Oriente, como garante de la política geoestratégica de los Estados Unidos en el área.

Paulatinamente —a pesar de la violenta campaña mediática al servicio de la ideología sionista—, se fue abriendo paso la «verdadera verdad»:

Todos los barcos ondeaban bandera blanca y se encontraban en aguas internacionales. Los pasajeros eran civiles y había varios parlamentarios. «No se transportaba más que materiales de construcción, juguetes, arroz, pan y algunas medicinas» para los civiles en Gaza, aseguró el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, para contrarrestar las mentiras de su homólogo israelí.

Al matar civiles, cometieron un crimen de guerra, como los tantos que han perpetrado contra la población de la Franja de Gaza, sin que hasta la fecha hayan sido enjuiciados por ello. Esta idea aparece en sitios alternativos a la gran prensa, que recuerdan las tantas operaciones militares de Israel contra Palestina; la más reciente, «Plomo Fundido», entre diciembre de 2008 y enero de 2009.

El gobierno de Tel Aviv atacó la Flotilla con una unidad elite de comandos, que puso en peligro la vida de todos los civiles a bordo, incluido un bebé.

Una nota de The Guardian/Al Jazeera, traducida al español para el sitio digital www.rebelion.org, reseña el testimonio de Norman Paech, un activista propalestino alemán de 72 años, que describió cómo se despertó al oír «impresionantes explosiones» contra el «Mavi Marmara», el buque insignia informal de la Flotilla:

«Me apuré y me vestí y colegas me dijeron “nos están atacando, los israelíes están aquí.” La agresión llegó desde el cielo, de helicópteros de los que los soldados bajaron mediante cuerdas.»

Parece que las comunicaciones entre Israel y Canadá no estaban buenas el 31 de mayo, y Netanyahu «confundió» lo que le informaron. Podría convocar otra vez a la prensa y explicarle quiénes «acosaron, aporrearon, golpearon, acuchillaron, e incluso, dispararon».

Cuando la opinión pública internacional condenaba en términos enérgicos el hecho, un portavoz de Washington apenas lamentó «profundamente la pérdida de vidas y la situación de los heridos», y dijo que la administración estaba «actualmente trabajando para poder entender las circunstancias que han rodeado esta tragedia».

Así andan los medios poderosos en estos tiempos: silenciando la verdad; escogiendo con pinzas lingüísticas las palabras para construir «su noticia», muy alejada de la realidad y muy cerca de los intereses de quienes los sostienen financiera y logísticamente.

A la vuelta de unos días, el mundo conoce la verdad. Israel, armado con tecnología bélica sofisticada y un sistema de medios que manipula a la opinión pública, sigue siendo el mismo enano bravucón, que tiene detrás al gigante imperial para alentarlo en su demencial carrera contra la paz del Medio Oriente.

2 comentarios

Donald -

Poco a poco el mundo se está dando cuenta de los sínico, mentiroso y criminales que son los israelíes. La descarada actitud que han demostrados con los últimos acontecimientos esto rufianes, lo más probable es que el famoso holocausto también es una farza.

Casimiro Lopez -

Acabo de leer su artículo y es lamentable que Israel una vez más se marche de rositas, ni la ONU, ni los gobiernos europeos, ni mucho menos el americano, sancionaran a Israel, no ya por el aberrante crimen que han cometido con la “flotilla por la Paz”, sino por los muchos atropellos y crímenes contra la comunidad palestina, a lo largo de décadas, estos gobiernos están gobernando de espaldas a la comunidad internacional, que están pidiendo a gritos el cese de las hostilidades contra el pueblo palestino.
Recientemente he terminado de leer el libro “Donde está la Paz” de Santiago Guzmán, de editorial: www.ediciónpersonal@edicionpersonal.com, y me ha impactado tanto su contenido que difícilmente me podre olvidar de todo lo que relata en el, los asesinatos y los crímenes más aberrantes de Israel, y que muy claramente señala a los responsables de esta masacres.
Mi mayor deseo es que todo esto acabe cuanto antes y el pueblo Palestino pueda vivir en Paz.