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El teclazo por la verdad

Primero de unidad en Cuba

Norland Rosendo González

 

De una punta a la otra, Cuba será mañana una fiesta de gente en las calles. Perece una ironía de la historia que los trabajadores de esta nación, bloqueada por el imperio desde hace casi medio siglo, sean los que festejen, y no los que viven en las sociedades «democráticas» que pertenecen a las elites del sistema capitalista mundial. Qué paradoja.

En medio de una crisis económica universal que no augura un final feliz, Cuba, a diferencia de quienes desean dictarle normas de democracia, aún no ha dejado sin empleo a nadie, y ofrece cada día nuevas oportunidades para que todo el que lo desee se incorpore y aporte a la sociedad.

Hay plazas para todos, y con todos los derechos, sin menoscabo ni reducciones salariales para «enfrentar los embates de la recesión», como sucede en otros países.

Cuba ofrece trabajo; necesita productividad y eficiencia; y a cambio, garantiza una calidad de vida digna, que incluye servicios gratuitos de salud y educación.

Aquí nadie sobra, el sistema socialista requiere de todos los seres humanos, invierte en su formación para que tenga mayores oportunidades de aportar a la construcción de una sociedad justa, racional y sostenible.

Con esas convicciones desfilarán los cubanos mañana viernes, conscientes de que el socialismo ni margina ni excluye, y convoca a todos sus hijos a hacer de la Patria una verdadera casa donde quepan todos juntos, sin vicios ni corrupción.

  

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