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El teclazo por la verdad

A empezar de nuevo en la final de la pelota cubana

Por Norland Rosendo González

 

Lo de hoy en el estadio Latinoamericano, de La Habana, fue una humillación a los naranjas en la final de la pelota cubana. Algo así como una burla, una muestra de superioridad total: los leones de Industriales no pararon hasta dejar fuera de combate a unos indefensas «naranjas» con marcador de 11 carreras por una.

Pero lo triste no fue el nocaut, sino la inseguridad en el terreno exhibida por un equipo que, hasta su debut en esa plaza deportiva, había jugado fuerte, con garra y deseos de ganar, un béisbol de altos quilates.

Y nada más puso un pie en el Latino, cambió completamente. Pifias mansas, errores tácticos, tres por una bola y la dejan picar (que ni yo, si me avisan por teléfono, voy desde el Escambray hasta La Habana y la cojo). Con bases llenas sin out, no empujan; conectan débiles roletazos por el cuadro, y peor aún, se ponchan sin tirarle a la bola en zona de strike.

Quitaron un elenco y pusieron otro. Ahora se empató el play off a dos éxitos por bando. A los azules los acompaña el buen estado de ánimo, un público que rebasa los 50 mil coreando a la vez, y una mecánica de juego que nunca falla, lo aprovechan todo.

Mañana será el quinto partido, quien lo gane se pondrá a las puertas del título. Villa Clara lleva 15 años sin ganarlo, peor si sigue jugando tan mal, deberá esperar unos cuantos más para subir al trono.

Freddy Asiel Álvarez (VCL) contra Odrisamer Despaigne (IND). Cuando termine, les cuento. Porque hoy de verdad que me siento muy triste.

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