Naranjas dulces con ¿cielo azul?

Por Norland Rosendo González

 

Dentro de una hora, aproximadamente, el cielo tratará de teñirse de azul en La Habana, ante una avalancha de naranjas redondas y apetitosas que les enviamos desde Villa Clara para endulzar la final de la pelota cubana.

A cielo abierto jugarán hoy, mañana y pasado —de ser necesario un quinto partido—, con una delirante afición que tratará de oxigenar a su equipo Industriales, ahogado dos veces con zumo de cítrico en Santa Clara.

Luis Borroto, un derecho con experiencia internacional que mezcla muy bien su recta que supera las 90 millas por hora con una curva que le parte la cintura a no pocos rivales, buscará poner a punto de flan la final. Mientras, los leones, melenudos y con disfonía en sus dos primeras presentaciones, dependerán del siniestro Ian Rendón, casi su última carta.

Para reemplazar al olímpico de Encrucijada, al menor parpadeo, están listos todos los apagafuegos villaclareños. Otra ventaja sobre los azules, que tienen menos opciones para relevar a su lanzador abridor.

Germán Mesa hace malabares a esta hora para sacar del hechizo a su tanda ofensiva zurda, muy deslucida en la Ciudad Naranja, a la vez que quizás mueva su line up para buscar carreras.

Veremos qué sucede esta tarde en el Latinoamericano.