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El teclazo por la verdad

Los nuevos horizontes del cooperativismo

Por Norland Rosendo González


A tenor con los cambios que ejecuta Cuba para perfeccionar su modelo económico, las cooperativas devienen una de las modalidades clave en aras de dinamizar los procesos productivos y de servicios, y sobre todo, garantizar sostenibilidad.

Las leyes actuales solo permiten tres tipos de cooperativas, todas en el rubro agropecuario: las de Créditos y Servicios (CCS), en la que los asociados mantienen la propiedad individual sobre la tierra, pero se integran con el objetivo de contratar servicios y hacer trámites, por ejemplo, solicitar créditos.

Las de Producción Agropecuaria (CPA), una modalidad de la socialización, mediante las cuales los campesinos unieron voluntariamente sus tierras, y junto a otros activos conforman un patrimonio común.

Y por último, las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), integradas por obreros de las empresas estatales a los que se les entregaron tierras en usufructo gratuito y se les vendieron las instalaciones, equipos y animales en condiciones ventajosas.

Sin embargo, directivos de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) confirmaron recientemente que se estudia la extensión del sector cooperativo a los servicios gastronómicos y de transporte, la fabricación de materiales de construcción, la pesca y la comercialización agropecuaria, entre otros sectores.

La noticia se ajusta a los Lineamientos 25, 26, 27, 28 y 29 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, y guarda estrecha relación con las últimas medidas encaminadas a fortalecer el sector no estatal de la economía socialista cubana.

En la agricultura, este tipo de organización social ha demostrado que es capaz de desarrollar procesos productivos y de comercialización más eficientes, a la vez que diversifica y consolida servicios estratégicos para un renglón que está llamado a sustituir importaciones e incrementar los rubros exportables.

Si bien no todas las cooperativas funcionan adecuadamente, lo que ha generado un análisis profundo y la conversión de CPA en CCS, entre otras transformaciones, resulta una forma productiva autogestionaria, una cualidad imprescindible para garantizar que sea sostenible, eficiente y capaz de adaptarse a los diversos escenarios con mayor rapidez, sin tantos mecanismos burocráticos ni rígidas instancias superiores.

Una tesis doctoral defendida en enero de 2011 informaba que mientras hasta esa fecha habían desaparecido 136 CPA (un promedio de 3 anuales), 474 UBPC (24 anuales), la tendencia de las CCS era a crecer, lo que se ha confirmado en el transcurso de este año, dadas las potencialidades productivas y sentido de pertenencia que caracterizan a esta última modalidad.

La clave de las cooperativas radica en su capacidad de autogestión y el manejo eficiente de todos los recursos a su disposición, así como los mecanismos para garantizar la participación activa de sus miembros en la toma de decisiones.

Esta virtud responde al anhelo socialista de que los trabajadores sean verdaderos dueños de los medios de producción, lo que elevaría los rendimientos, la productividad del trabajo, la calidad, el ahorro, y por tanto fortalecería un modelo de gestión económica viable para Cuba, en medio de un complejo contexto internacional, signado por la rapaz conducta de las trasnacionales.

La rebaja de precios de los implementos agrícolas, la posibilidad de comprar con cheques en los establecimientos de la red de comercio minorista, la nueva política crediticia para los productores, la posibilidad de comercializar directamente con Turismo y la continuación de entrega en usufructo de tierras por el Decreto Ley 259 estimulan a los campesinos para lograr volúmenes de alimentos superiores, que alivien la tensa situación financiera del país, obligado a hacer erogaciones en el mercado foráneo por producciones que pudieran generarse aquí.

Pero los beneficios no se reducen al ámbito económico, desde el punto de vista social, los asentamientos tienen mejores condiciones de vida, dado su sentido comunitario e inclusivo, en el que desempeñan un papel importante las familias.

Despojarse de estilos viciados de dirección, potenciar la participación activa y consciente de los asociados, eliminar restricciones anacrónicas y permitir el reacomodo de estas estructuras según las condiciones y características de los territorios, constituyen imperativos ahora que se vislumbran nuevos horizontes en el  cooperativismo cubano.

Por tanto, la experiencia en el sector agropecuario, con sus éxitos y desaciertos, resulta un referente imprescindible para implementar el Lineamiento 180, que enfatiza: «lograr la autonomía de gestión de las distintas formas de cooperativas e introducir de forma gradual las cooperativas de servicios en la actividad agroindustrial a escala local.»

1 comentario

Emilio Lozada Fernández -

Me sentiré muy honrado de que en estos ambientes alguien tenga la amabilidad de comentar algo sobre mi Blog.
No le doy mucha continuidad a través de los meses con la intención de que la información que pongo ahí permanesca mucho tiempo y pueda serle útil a alguien . .. .
http://cooperativasdeproduccion.blogspot.com/

Atentamente Emilio Lozada